Pesquisar neste blogue

segunda-feira, 30 de abril de 2012

Formação fisioterapia respiratória


Após o enorme sucesso das DOBRADINHAS FISIORESPIRATORIA 2011, trazemos agora para você a DOBRADINHA EXAMES COMPLEMENTARES (IMAGENOLOGIA TORÁCICA (RX e Tomografia de Tórax) + EXAMES COMPLEMENTARES) ambosministrados pelo fisioterapeuta Dr Rodrigo DaminelloAgrupamos para você 2 cursos em um único final de semana para que além de turbinar seu currículo, você ainda possa usufruir de descontos exclusivos:
1) VI CURSO FISIORESPIRATORIA IMAGENOLOGIA RESPIRATÓRIA PARA FISIOTERAPEUTAS
VI CURSO FISIORESPIRATORIA IMAGENOLOGIA RESPIRATÓRIA PARA FISIOTERAPEUTAS
Iniciaremos a DOBRADINHA EXAMES COMPLEMENTARES no SÁBADO, 26 de MAIO DE 2012 com o VI CURSO FISIORESPIRATORIA IMAGENOLOGIA RESPIRATÓRIA PARA FISIOTERAPEUTAS, objetiva de forma simples e didática trazer subsídios aos fisioterapeutas a fim de poderem identificar as diversas alterações torácicas por meio da radiografia e tomografia computadorizada. Ao final apresentaremos uma revisão prática de diversas situações que fazem parte da rotina do fisioterapeuta visualizadas comumente em radiografias e tomografias computadorizadas.
Por se tratar de um curso com atividade prática as vagas serão limitadas, desta forma estamos iniciando a divulgação somente para àqueles cadastrados no site, portanto, você é nosso convidado especial.
  2) III CURSO FISIORESPIRATORIA INTERPRETAÇÃO DOS EXAMES LABORATORIAIS PARA FISIOTERAPEUTAS  
 II CURSO FISIORESPIRATORIA INTERPRETAÇÃO DOS EXAMES LABORATORIAIS PARA FISIOTERAPEUTAS
          No  DOMINGO, 27 de MAIO DE 2012 , você poderá complementar seus conhecimentos em  EXAMES COMPLEMENTARES com o III CURSO FISIORESPIRATORIA INTERPRETAÇÃO DOS EXAMES LABORATORIAIS PARA FISIOTERAPEUTAS. Este curso objetiva trazer subsídios aos fisioterapeutas a fim de poderem avaliar os diversos exames laboratoriais como: Hemograma e suas correlações clínicas com as infecções por vírus, bactérias e outros microorganismos; Exames Bioquímicos do sangue como glicose, uréia, creatinina, colesterol, triglicerídeos, ácido úrico, hemoglobina glicosilada, sódio, potássio, cálcio, fósforo, magnésio e ferro, Exames Microbiológicos para avaliação de microorganismos no Líquor, Secreção pulmonar e Urina, e finalmente gasometria arterial e venosa e sua interpretação clínica e fazer suas correlações com a prática clínica fisioterapêutica.
         Para inscrever-se basta acessar nosso site www.fisiorespiratoria.com.br, preencher o cadastro, imprimir o boleto, e após o pagamento você estará inscrito automaticamente no evento, sem envio de comprovantes por fax ou correio, sem filas enfim sem nenhuma burocracia.
           Faremos esta edição nos dias, 26 e 27 de MAIO de 2012, das 7:30 às 18:30 na ESCOLA IMIGRANTES DE ENSINO TÉCNICO em São Paulo, agora com acesso ainda mais fácil, próximo a estação PARAÍSO do metrô. 
         Confira a programação completa do curso no site www.fisiorespiratoria.com.br .
         Como tradicionalmente em nossos cursos você terá direito a CERTIFICADO, Apostila, Welcome-coffe e Coffe-break.
         Este curso somará pontos para o PROGRAMA DE EDUCAÇÃO CONTINUADA EM FISIOTERAPIA CARDIORRESPIRATÓRIA 2012 (P.E.C), mais informações sobre o programa no site www.fisiorespiratoria.com.br
         Não perca tempo atualize-se já !!!

quarta-feira, 25 de abril de 2012

Eficacia de un programa intensivo de terapia ocupacional para niños amputados





Autores: Martínez Piédrola RM, Gómez Calero C, Sánchez-Herrera Baeza P, Alegre Ayala J, Sánchez Camarero C, Matesanz García B,Brea Rivero M, Pérez de Heredia Torres M, Archilla Martín M, Plaza de Andrés L, Incio González MJ, Vialás González MD


Departamento de Fisioterapia, Terapia ocupacional, Rehabilitación y Medicina Física. Universidad Rey Juan Carlos.




Correspondencia:

R. Mª. Martínez Piédrola
Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos
Avenida de Atenas s/n. 28922 Alcorcón, Madrid.
rosa.martinez@urjc.es

INTRODUCCIÓN

Durante las vacaciones de verano, alrededor de una semana antes de que comiencen las clases, los niños portadores de prótesis, acompañados por uno de sus padres, acuden al campamento para mejorar la integración de la prótesis en su vida cotidiana y favorecer el acceso de los padres a las herramientas y a la información necesarias para apoyar al niño en su desarrollo. El campamento pretende además, conseguir en el niño la mejora de una imagen positiva de sí mismo, la motivación para el uso de su prótesis, el mantenimiento y desarrollo de competencias bimanuales, así como apoyar, enseñar y guiar a los padres en todos los cuidados referentes al niño [1].
La pérdida de una extremidad es reconocida como un problema de salud pública importante. La incidencia de padecer una pérdida de una extremidad en Europa es de 8,6 por cada 10,000 nacimientos [2].
De acuerdo con el sistema propuesto por la International Society for Prosthetics and Orthotics, las anomalías por reducción de los miembros se dividen en dos tipos, transversales y longitudinales [3]. Las anomalías transversales son miembros que se han desarrollado de forma próximo- distal a un cierto nivel más allá del cual no existen restos esqueléticos. Estas deficiencias se clasifican nombrando el lado de la deficiencia y el nivel en que termina la extremidad. Las de tipo longitudinal, son deficiencias de las extremidades en el que uno o más huesos están parcial o totalmente ausentes, pero las partes distales de la extremidad pueden estar presentes. En este caso se clasifican por el nombre del lado y la falta parcial o ausencia de huesos. Este tipo de anomalías tienen un agarre funcional limitado por lo que no se les equipa con prótesis.
Las prótesis mioeléctricas de miembro superior son un mecanismo útil para mejorar la función, la apariencia y el desempeño de las actividades de la vida diaria (AVD), en personas con amputación de miembros superiores o anomalías por reducción de los miembros [4]. Las prótesis se utilizan como una mano normal no dominante. El entrenamiento consiste en enseñar al niño su correcta colocación así como la utilización de la mano mioeléctrica [1]. Está demostrado que el apoyo de los padres y la intervención del terapeuta ocupacional son vitales para poder cumplir con los requerimientos del día a día del niño [5].
El objetivo de este estudio, es analizar si los niños con prótesis mioeléctricas pueden mejorar sus destrezas motoras necesarias para el desempeño de las AVD de manera independiente, tras la realización de un periodo de reentrenamiento justo antes de iniciar el curso escolar.

Sujetos y metodología

Se realizó un estudio en el cual se incluyeron sujetos usuarios de prótesis mioeléctricas. Durante un periodo de 6 días se llevó a cabo un programa estructurado de terapia ocupacional centrado en el uso de la prótesis durante el desempeño de actividades cotidianas. El estudio se llevó a cabo en el Albergue Fray Luis de León de Guadarrama, en la Comunidad de Madrid, dentro de la «Convocatoria FUNDACIÓN MAPFRE 2008 de ayudas a la investigación: salud, prevención, medio ambiente y seguros».
La muestra estaba formada por niños de ambos sexos provenientes de diferentes puntos geográficos de España y con el único criterio de ser usuario de prótesis mioeléctrica. En el estudio se incluyeron 10 niños (4 chicos y 6 chicas) usuarios de prótesis mioeléctrica con edades comprendidas entre los 4 y los 10 años. La media de edad de los participantes fue de 6 (DE: 2) años. Del total de los niños, 7 presentaban una anomalía por reducción de miembro superior transversal, uno de ellos una amputación del tercio superior del húmero, uno de ellos una anomalía por reducción de miembro superior bilateral transversal y otro niño una anomalía por reducción de ambos miembros inferiores transversal junto con anomalía por reducción de ambos miembros superiores longitudinal. Entre las causas que originaron la ausencia del miembro, excepto en un niño cuya amputación fue de origen traumático, los nueve restantes fueron anomalías congénitas por reducción de los miembros. De los 10 sujetos, nueve participaron en el estudio de terapia ocupacional.
Con el objeto de valorar las destrezas motoras se empleó el Assessment of Motor and Process Skills (AMPS) [6]. Esta valoración se administró a todos los niños participantes al inicio y al final de su estancia en el campamento. El AMPS es una valoración funcional estandarizada, diseñada para medir la calidad del desempeño de AVD, principalmente de autocuidado y productivas, a partir de los 3 años de edad. Se empleó porque proporciona información cualitativa cuantificable acerca de las destrezas motoras y de procesamiento cognitivo, necesarias para desempeñar actividades cotidianas.
La prueba consiste en la realización de dos actividades significativas para la persona, que son elegidas por el sujeto de entre algunas propuestas por el evaluador, previa entrevista con este. Existen más de 100 diferentes actividades de la vida diaria estandarizadas para esta herramienta.
El sistema de puntuación se basa en una escala de 4 medidas aplicadas a 16 ítems motores y 20 de procesamiento cognitivo, en relación con la forma en la que el sujeto lleva a cabo la actividad. Los criterios de puntuación de esta herramienta se basan en la observación y tienen en cuenta el nivel de esfuerzo, eficiencia, seguridad e independencia al realizar la actividad. Todas las puntuaciones motoras y de procesamiento son registradas de manera independiente mediante una aplicación informática propia del AMPS, proporcionando un informe de evaluación en relación con las capacidades del sujeto. Según estas, las puntuaciones inferiores a 2,0 en la escala motora y menores a 1,0 en la escala de procesamiento, sugieren que la persona puede precisar ayuda para su participación en actividades cotidianas.
Antes de comenzar el estudio se llevó a cabo una reunión con los padres de los niños participantes, en la que se explicaron los objetivos y se les solicitó la firma de un consentimiento informado, para participar en el estudio, así como para realizar grabaciones en video de los niños, para su posterior evaluación.
Una vez realizada la valoración inicial, se llevó a cabo un programa de terapia ocupacional que se dirigió tanto a los niños como a los padres. En cuanto a las acciones dirigidas a los niños, se realizaron diferentes actividades para favorecer el uso del miembro protésico en la actividad, mejorar la coordinación bilateral, mejorar las destrezas motoras y favorecer la integración óculo-motriz, entre otros (Tabla 1).
Finalmente, todos los datos recogidos por el equipo de terapeutas ocupacionales se incluyeron en un formulario constituido por el Consentimiento informado, la hoja de consentimiento para la toma de imágenes, la de recogida de datos clínicos, así como los registros de las actividades realizadas.
Tabla 1. Actividades desarrolladas en el programa de terapia ocupacional
Actividades dirigidas a los niños
  • Alimentación.
  • Vestido.
  • Aseo personal.
  • Poner/quitar la mesa.
Talleres:
  • Taller de cocina.
  • Taller de elaboración de petos.
  • Taller de elaboración de monederos de cómics.
Actividades dirigidas a los padres
  • Taller de adaptación de materiales y productos de apoyo (vasos, cubiertos, asientos del comedor, bicicletas y material escolar).
  • Escuela de padres sobre productos de apoyo.
Tabla 2. Puntuaciones medias de las destrezas motoras obtenidas en la valoración inicial
MediaDesviación estándar
Estabiliza1,560,53
Alcanza2,000,00
Inclina 1,890,33
Manipula2,110,33
Coordina2,330,50
Mueve2,110,60
Alinea1,220,44
Agarra1,890,33
Levanta1,780,67
Camina1,220,44
Transporta1,780,44
Calibra2,000,00
Mueve fluidez1,890,33
Tolera fisic 1,000,00
Ritmo1,000,00
Los datos fueron introducidos en el paquete estadístico PASW 17.0 para su posterior análisis. Se utilizaron pruebas no paramétricas (Wilcoxon) para observar las mejoras de los niños tras el campamento. El análisis estadístico se realizó con un intervalo de confianza del 95%, considerando los resultados obtenidos estadísticamente significativos cuando p<0,05.

Resultados

En el AMPS, los valores medios obtenidos por todos los niños en la escala motora fueron 1,19 en la primera evaluación y de 1,53 en la segunda. Las puntuaciones medias obtenidas en la escala motora no alcanzaron el punto de corte establecido por la evaluación, 2,0. Sin embargo, comparando los resultados obtenidos entre las dos evaluaciones encontramos una mejoría en las destrezas motoras. Las destrezas fueron analizadas de manera individual, en la primera valoración con el AMPS se observó que las destrezas que presentaron peores puntuaciones (superiores a 2) fueron «alcanza», «manipula», «coordina», «mueve», «posiciona », «calibra» y «mueve con fluidez» (Tabla 2).
Tras el programa de tratamiento, mejoraron las puntuaciones de las siguientes destrezas motoras del AMPS: «alcanza » (2,0-1,4), «se inclina» (1,8-1,2), «manipula» (2,1- 1,6), «coordina» (2,3-2,0), «mueve» (2,1-,7), «posiciona» (2,0-1,7), «camina» (1,2-1,1) y «transporta» (1,7-1,6). Solo fueron estadísticamente significativas las diferencias en las destrezas motoras «alcanza» (p=0,025) y «se inclina» (p=0,14).

Discusión

El AMPS es un procedimiento utilizado para valorar el desempeño ocupacional, recomendado como una herramienta válida para su administración en niños con amputaciones [7] y utilizado para valorar la calidad del desempeño en esta población [8].
En la investigación realizada conviene señalar algunos aspectos que han influido en los resultados obtenidos. El campamento supone un cambio en el entorno familiar y social, una modificación en su periodo vacacional, además de exigirles la adaptación a un programa de actividades con horarios más estrictos y durante tiempo de duración del entrenamiento entre las dos valoraciones que consideramos escaso. Aun así, tras el periodo de entrenamiento y con respecto a la evaluación inicial, desde el punto de vista motor se ha encontrado en los niños una mejoría generalizada en la calidad de ejecución. De manera más concreta en los resultados obtenidos en las destrezas «alcanza» y «se inclina». Es decir, disminuye significativamente el esfuerzo al alcanzar o colocar los objetos de la tarea, así como una disminución de la rigidez al inclinarse para alcanzar estos objetos.
Se aprecia también una mayor habilidad al manipular, agarrar y soltar e interactuar con los objetos que utiliza en la tarea, una mejora al utilizar patrones coordinados de manipulación y al emplear dos o más partes del cuerpo para estabilizar los objetos durante una tarea bilateral.
En todos los niños durante la realización de las actividades, disminuyen el esfuerzo y la inestabilidad al mover o tirar de los objetos que intervienen en la tarea. Se ha observado una mejora en la habilidad de posicionar el cuerpo, así como los brazos en relación a los objetos de la tarea. Tras el programa de tratamiento se observó una deambulación más estable en diferentes niveles, sin necesidad de apoyos y una mayor habilidad para transportar los objetos de la tarea de un lugar a otro.
A la vista de los resultados, podemos concluir que los programas intensivos de Terapia ocupacional en los niños usuarios de prótesis mioeléctricas son eficaces, ya que mejoran la calidad de sus actividades cotidianas y aumentan la independencia en el desarrollo de las actividades bilaterales, como la alimentación que redunda en la mejora de la autoestima y en la calidad de vida de los niños. 
Bibliografia

  1. Hermansson L. Structured training of children fitted with myoelectric prostheses. Prosthet Orthot Int 1991; 15:88-92.
  2. Ephraim PL, Dillingham TR, Sector M, Pezzin LE, Mac- Kenzie EJ. Epidemiology of limb loss and congenital limb deficiency: a review of the literature. Arch Phys Med Rehabil 2003; 84:747-61.
  3. Kay HW, Day HJ, Henkel HL, Kruger LM, Lamb DW, Marquardt E, et al. The proposed international terminology for the classification of congenital limb deficiencies. Dev Med Child Neurol Suppl 1975; 34:1-12.
  4. Hermansson LM, Fisher AG, Bernspang B, Eliasson AC. Assessment of capacity for myoelectric control: a new rasch-built measure of prosthetich and control. J Rehabil Med 2005; 37:166-71.
  5. Lake C. Effects of prosthetic training on upper - extremity prosthetic use. J Prosthet Orthot 1997; 9:3-9.
  6. Fischer AG. Assessment of Motor and Process Skills. Vo 1 Development, Standardization and Administration Manual. 6ª ed. Fort Collins, Co: Three Star Press Inc, 2005: 4-11.
  7. Buffart LM, Roebroeck ME, Peschbatenburg J, Janssen W, Stam HJ. Assessment of arm/hand functioning in children with a congenital transverse or longitudinal reduction deficiency of the upper limb. Disabil Rehabil 2006; 28:85-95.
  8. Alport T, Read L, Nadel S, Levin M. Critical Illness and amputation in meningococcal Septicemia: is life worth saving? Pediatrics 2008; 122; 629-32.

Tendinopatías


Tendinopatías



Autores: Alcántara-Martos T1, Delgado-Martínez AD1 2, Aznar-Zafra S1, Fernández-Rodríguez JC3, Fernández-Jaén T4

1 Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica. Hospital San Agustín, Linares.
2 Área de Cirugía de la Universidad de Jaén.
3 Servicio de Medicina Física y Rehabilitación. Hospital San Agustín, Linares.
4 Traumatología del Deporte de la Clínica CEMTRO, Madrid.





INTRODUCCIÓN

Las lesiones tendinosas afectan más a las personas que practican actividades deportivas y a la población laboral industrial que al resto de la población. Pero también se han descrito en sujetos sedentarios sin historia de aumento de su actividad [1]. En el ámbito laboral, los problemas tendinosos representan entre el 15 y el 30% de la patología; en la población deportista, la incidencia publicada puede llegar hasta el 50% en lesiones como la epicondilitis del codo los tenistas [2]. La incidencia y la prevalencia exacta de la tendinopatía global se desconoce [3], ya que puede afectar a una extensa población de atletas profesionales y amateur que sufren esta patología en diversas localizaciones anatómicas. Los estudios de incidencia de tendinopatías, son realizados en puntos concretos de la anatomía [4] o en deportes específicos [5], y solo proveen una aproximación a la magnitud del problema que encaran los médicos del deporte y ortopedas que los tratan.
Aunque las tendinopatías son incapacitantes, recurrentes y resistentes al tratamiento, los conocimientos sobre su reparación y tratamiento muestran lagunas. Almekinders y Temple[6], llegaron a la conclusión de que todavía se desconoce gran parte de la anatomía patológica y la etiología de las tendinopatías, y de que es posible que los métodos terapéuticos que se emplean hoy día no influyan significativamente en la evolución natural de la enfermedad.
Un aspecto a tener en cuenta en estos procesos es la confusión terminológica que los define. Tendinitis es el término tradicionalmente usado para describir el dolor tendinoso crónico, asumiendo que la lesión del tendón está producida por una respuesta inflamatoria. Pero esto es contrario a la evidencia de estudios histopatológicos, bioquímicos y moleculares, siendo mejor descrita como una tendinosis [7] aunque no se puede descartar la posibilidad de que procesos inflamatorios estén implicados en algún estadio del proceso, por lo que el término más correcto sería el de tendinopatía.
Tendinopatía es un término muy amplio, que describe alteraciones dentro y alrededor del tendón. Aquí se usará este, para referirse a lesiones que afectan primariamente a tendones, incluyendo roturas de tendones y dolor crónico. Está asociado con fuerzas tensiles repetidas que se ejercen en el tendón, pues los incrementos rápidos en duración e intensidad de esas fuerzas, pueden causar lesiones tendinosas; posiblemente el punto de inicio de la patogénesis de la tendinopatía crónica.
Esta patología, ocasiona una gran incapacidad tanto laboral como deportiva, con graves repercusiones económicas y de sufrimiento personal. Sin embargo, aún no se conoce su etiopatogenia y por tanto, se han ensayado y están surgiendo innumerables tratamientos que intentan tratarla, pero aún no existe ninguno que sea capaz de resolverla completamente.
El objetivo primordial de este trabajo es revisar la bibliografía, para conocer lo que se ha publicado sobre la etiopatogenia y etiología de las tendinopatías, así como los tratamientos que se usan para tratar esta frecuente e incapacitante condición patológica. Así mismo, se analizará la evolución terminológica de estos procesos.

Material y método

Para la realización de este trabajo, se ha recurrido a las siguientes bases de datos, electrónicas y en fuentes de papel: BioMed Central, CSIC, MEDLINE, Plataforma OVID, PubMed, el catálogo de revistas de la Biblioteca Virtual del Sistema Sanitario Público de Andalucía, la Cochrane Library plus, Google, y la biblioteca del Complejo Hospitalario Neurotraumatológico de Jaén.
Como palabras clave utilizamos los términos: tendinitis; tendinosis; tendinopathy; etiology; treatment.
El motor de búsqueda fue Pubmed con los operadores booleanos: «and», «or», «not». Cuando usamos límites se usaron los años de publicación, idiomas: inglés y español y el tipo de publicación: artículos de revisión.
Para centrar la magnitud del problema, se buscaron todas las publicaciones que tuvieran que ver con estas palabras clave usando el operador «or» (tendinitis or tendinosis ortendinopathy), de forma histórica (sin límites temporales, con lo cual encontraríamos todos los artículos publicados sobre este tema desde que existen archivos) y de los últimos cinco años (para conocer los que se han publicado más recientemente).
Puesto que, como se ha establecido, un punto importante en este proceso es la incorrección terminológica que se ha impuesto con el tiempo y el uso, se hizo una búsqueda para conocer qué término se encuentra realmente más representadode de forma individual. Se realizó la siguiente búsqueda con los siguientes operadores: tendinitis «not» (tendinosis «or» tendinopathy). Con ello, se pretendía buscar aquellos artículos que, conteniendo la palabra tendintis no contuvieran ni tendinosis ni tendinopatía. Ésto mismo se realizó con las otras dos palabras: tendinosis «not» (tendinitis «or»tendinopathy) y tendinopathy «not» (tendinitis «or» tendinosis), primero sin límites temporales y luego en los últimos cinco años.
Para centrar el tema en la etiología y el tratamiento, se revisaron las publicaciones que, de todas las que tenían como palabras clave «tendinitis» o «tendinosis» hicieran referencia a la etiología o al tratamiento. Se descartó tendinopatía, porque no se encontró ningún artículo que contuviera exclusivamente este término, es decir, todos los artículos que contenían la palabra tendinopatía se encontraban en los que contenían tendinitis o tendinosis.
A los resultados, primero no se les puso límites temporales y después de los últimos cinco años, en idioma: inglés y español y como tipo de publicación: artículos de revisión.

Resultados

Los resultados de la búsqueda, que se realizó para conocer todas las publicaciones que tuvieran que ver con estas palabras clave usando el operador «or» (tendinitis «or» tendinosis «or»tendinopathy), de forma histórica y de los últimos cinco años, se muestran en la Tabla 1. Los resultados de la búsqueda que se realizó para conocer qué término se encuentra más representado de forma individual, históricamente y en los últimos cinco años, se muestran en la Tabla 2. Además, cuando se realizó un estudio pormenorizado de los artículos en los que se encontraban los términos tendinitis o tendinosis y algún otro término relacionado con la etiología y tratamientos que actualmente se manejan, se obtuvieron los resultados que se exponen en la Tabla 3 y Tabla 4.
Tabla 1. Número de artículos con cualquier palabra clave de las indicadas, a nivel histórico y de los últimos cinco años
Palabras clave y operadores booleanosHistoria20062007200820092010
«Tendinitis» o «tendinosis» o «tendinopathy»6.769361414411433348
Tabla 2. Número de artículos con exclusivamente la palabra clave resaltada de las indicadas, a nivel histórico y los últimos cinco años
Palabras clave y operadores booleanosHistoria20062007200820092010
Tendinitis «not» (tendinosis «or»tendinopathy)6151920162133
Tendinosis «not» (tendinitis «or»tendinopathy)147131122188
Tendinopathy«not» (tendinitis «or» tendinosis)------
Tabla 3. Número de artículos en que aparecen los términos «tendinitis» or «tendinosis» y los términos indicados en la tabla que hacen referencia a la etiología de las tendinopatías
Substance -P
(Sustancia P)
22
(Glutamato)
Glutamate
12
Neuropeptides
(Neuropéptidos)
30
Sympathetic
(Simpático)
58
Metalloproteases
(Metaloproteinasas)
58
Neuropathic
(neuropático)
3
Tabla 4. Número de artículos en que aparecen los términos «tendinitis» or «tendinosis» y los términos indicados en la tabla que hacen referencia al tratamiento de las tendinopatías
TratamientoArtículos
Acupuncture (acupuntura)19
AINE (antiinflamatorios no esteroideos)48
Corticosteroid injections (inyección de corticoides)254
Dexthrose (dextrosa)23
Excentric exercise (ejercicios eccéntricos)153
Platelet rich plasma (factores plaquetarios)13
Polidocanol33
Nitric oxide (óxido nítrico)16
Shock wave (ondas de choque)115
Tropisetron3

Discusión

Las tendinopatías han sido muy estudiadas. Desde que en 1942 apareció el primer artículo con la palabra clave «tendinitis » [8] y en 1950 «tendinosis» [9], mucho ha sido el esfuerzo por comprender y tratar esta patología. Los 6.769 artículos publicados así lo atestiguan.
A pesar de la incorrección del término «tendinitis», desde un punto de vista etiológico, ha sido el más utilizado en la literatura y lo más llamativo es que se sigue usando hoy. Sin embargo, el término que define mejor el proceso patológico, «tendinopatía», nunca se ha utilizado solo. Siempre aparece acompañado por los términos «tendinitis» o «tendinosis ». Sin embargo, es totalmente cierto, que cada vez se usa con más frecuencia el término tendinopatía para definir estas lesiones de forma correcta, y los otros términos se utilizan, para indicar que antes se llamaban así.
Históricamente, y por años, más de las dos terceras partes de los artículos se dedican a la etiopatogenia y al tratamiento, relegando en importancia a otros aspectos como la incidencia y prevalencia; históricamente solo 192 artículos se refieren exclusivamente a éstas y no se estudia el proceso global, sino que estudian localizaciones anatómicas concretas o deportes específicos [2]. En cuanto a artículos de revisión que se centren específicamente en la etiología o el tratamiento, existen casi cuatro veces más de los segundos. La falta de tratamientos realmente resolutivos podría estar en la base de este interés. Existen pocos estudios prospectivos, aleatorizados y controlados que analicen todos los aspectos de las tendinopatías [6], y en especial pocos estudios que investiguen las primeras etapas de la tendinopatía y el proceso de reparación de la tendinopatía por sobreuso.
Para describir la tendinopatía crónica se emplean muchos términos distintos [6][10] e incluso la nomenclatura varía de unos autores a otros. Algunas revisiones han tratado de aclarar los términos que se aplican a los problemas de los tendones [11], teniendo en cuenta tanto las características anatomo-patológicas como las circunstancias clínicas.
El término tendinosis fue empleado por primera vez en la década de los 50 [9] para describir la alteración no inflamatoria observada en el estadio final de la lesión y se ha intercambiado indistintamente con el término degeneración. Sin embargo, la palabra degeneración indica la existencia de un descenso en el número de células y la función. Puesto que la tendinopatía es principalmente hipercelular y muestra un aumento en la función tisular no nos parece que el término degeneración sea el más adecuado. Nirschl y Petrone [12] acuñaron, en 1979, el concepto de «hiperplasia angiofibroblástica » para describir esta anomalía histológica, una alteración de la disposición paralela normal de las fibras tendinosas con invasión de fibroblastos, junto con tejido vascular atípico semejante al de granulación. Otra expresión utilizada para describir la tendinopatía es «fracaso de la respuesta de cicatrización» y este parece ser el concepto que mejor se adapta, aunque desde el punto de vista de la práctica clínica, no se puede usar de forma rutinaria.

Etiopatogenia

Existe cierta incertidumbre acerca del mecanismo intratendinoso que inicia el trastorno tisular y se establecen tres posibles causas para la alteración del tendón: el compromiso vascular, el daño térmico y la irritación biomecánica.
Para algunos la causa más probable de la tendinopatía es el deterioro vascular que afecta al suministro de oxígeno al tendón [13] pero como no existen pruebas directas del compromiso vascular [14] otros autores han puesto en entredicho esta teoría vascular [6].
Los estudios realizados sobre tendones de equinos indican que la lesión térmica también puede contribuir a la aparición de una tendinopatía. Durante el ejercicio, la liberación intratendinosa de calor procedente de la histéresis [15][16], producida por la deformación cíclica repetitiva y la escasa transferencia intratendinosa de calor [17] provocan una hipertermia que puede llegar a destruir al tenocito y esto merma la capacidad reparadora del tendón.
Es posible que algo similar a lo que ocurre en los procesos inflamatorios provoque un daño químico en los tendones. Una tendinopatía puede ser la consecuencia de una modulación de la actividad celular [10] secundaria a la liberación de radicales libres, enzimas o citocinas por parte de las células inflamatorias o intratendinosas.
No están claras las circunstancias que inician la lesión tendinosa, pero el proceso siempre es el mismo.En la mayoría de las tendinopatías se observan cuatro características, cambios en la función de los tenocitos, degradación del colágeno, infiltración vascular y proliferación de la sustancia fundamental. Además, se han apreciado cambios inmunohistoquímicos y alteración de metaloproteinasas y sus inhibidores. Todas estas alteraciones son componentes esenciales de la lesión del tendón.
En la tendinopatía puede haber un aumento o un descenso en el número y la actividad de las células. Algunas señales procedentes de la matriz circundante, como las fuerzas de cizallamiento que estimulan a los mecanorreceptores situados en la superficie de las células, y los estimulantes endógenos, tales como los factores de crecimiento, pueden estimular la transformación de los tenocitos en tenoblastos activos [18]. Estas últimas células son más redondas y tienen núcleos más grandes y numerosos [10].
Se ha encontrado un aumento de la apoptosis o «muerte celular programada» en tendones degenerados. Existe dos veces más células apoptóticas en tendones supraespinosos rotos que en tendones subescapulares [19] y, también, se ha descrito [20] un incremento de la apoptosis en la tendinopatía patelar en atletas y se ha mostrado que la apóptosis podría estar inducida por cargas mecánicas de alta deformación en tendones de tibial anterior de modelos de ratas [21]. La activación de la kinasa c-Jun N-terminal (JNK) [22] y el incremento del citocromo caspase-3 [23] podrían ser dos potenciales vías de inducción de la apoptosis en la tendinopatía, ambas asociadas con el estrés oxidativo que puede ser inducido durante grandes deformaciones cíclicas de las células del tendón [20].
La degradación del colágeno constituye el eje alrededor del cual giran los procesos patológicos de los tendones. Se describen en todos los estudios que tratan sobre la lesión y la reparación tendinosa. El colágeno pierde la firmeza de sus haces, la densidad de su entramado y su ondulación regular, su periodicidad y la birrefringencia a la luz polarizada [24- 26]. Estas descripciones indican que los haces de colágeno firmemente empaquetados del tendón normal se desordenan, provocando una pérdida de tejido y de la resistencia a la tracción del tendón. Aparte de la interrupción transversal de las fibras que se observa en la rotura tendinosa, la mayoría de las descripciones de las alteraciones sufridas por el colágeno aluden a su desorganización longitudinal.
El incremento de la sustancia fundamental es una de las características fundamentales de la tendinopatía y el principal causante del aspecto mucoide, quístico e hialino de las lesiones descritas en la literatura [10]. Se ha insinuado que dicho aumento de la sustancia fundamental podría ser la respuesta primaria a una sobrecarga mecánica, y afectaría de manera secundaria a la formación del colágeno y de los puentes. Esta teoría se opone a la descripción habitual de la respuesta del tendón a la sobrecarga, de la que se ha dicho influye principalmente sobre el colágeno.
Además del aumento de la sustancia fundamental, en las situaciones patológicas puede haber un cambio en los proteoglicanos. El agrecano aparece en mayor cantidad y se altera el índice entre éste y la decorina. El agrecano forma el sulfato de condroitina, que constituye la sustancia fundamental del tejido cartilaginoso [27].
Además del aumento de la sustancia fundamental, en las situaciones patológicas puede haber un cambio en los proteoglicanos. El agrecano aparece en mayor cantidad y se altera el índice entre éste y la decorina. El agrecano forma el sulfato de condroitina, que constituye la sustancia fundamental del tejido cartilaginoso [27].
También la neoformación vascular tiene su función en las tendinopatías y guarda una estrecha relación con la degeneración de las fibras de colágeno que puede estimularse por la hipoxia [10]. La neoformación vascular representa una proliferación de los vasos sanguíneos existentes como resultado de una metaplasia local y no de una infiltración de origen extrínseco. Es decir, sería un proceso primario más que secundario a una falta de oxigenación.
Los nuevos vasos tienen una pared gruesa y se distribuyen de manera irregular [10]. En algunos casos presentan alteraciones obliterantes y trombosis [24] pues la inmadurez y la falta de integridad estructural de estos vasos deterioran la función vascular. En consecuencia, el aumento de los vasos sanguíneos no mejora la oxigenación del tendón y tampoco favorecen la reparación.
La inmunohistoquímica ha demostrado un aumento de terminaciones nerviosas sustancia P (SP) positivas en muestras tendinopáticas dolorosas en relación a muestras de tendones normales [28]. Así mismo, también se ha demostrado mayores niveles deglutamato, un neurotransmisor, en los tendones de Aquiles dolorosos y en las tendinosis patelares[29]; la presencia del glutamato y su receptor N-metil 1-d-aspartato tipo 1 (NMDAR1) en tendinopatías se interpreta como un amplificador de la señal dolorosa [30]. Otros estudios han evidenciado un aumento del mRNA del glutamato en tendones de Aquiles de ratas en proceso de curación [31] y en tendinopatías del músculo supraespinoso, también en ratas [32]. Sin embargo, otros estudios [33] ponen en entredicho estas observaciones al constatar que en tendones previamente dolorosos a los que se les sometió a tratamiento, al volverse indoloros, no mostraron concentraciones significativamente distintas de glutamato en relación a cuando sí lo eran.
Las metaloproteasas (MMP) son una gran familia de enzimas que degradan todos los componentes de la matriz del tendón. Las MMP y sus inhibidores (TIMP) degradan la matriz durante el desarrollo, adaptación y reparación. Además de su función en la fisiología de la homeostasis y reparación tendinosa también intervienen en los procesos patológicos de la enfermedad del tendón [20]. Los TIMP son una familia de cuatro elementos TIMP-1, 2, 3 y 4 [34] que inhiben a las MMP en diferentes grados. En las tendinopatias se ha encontrado una disminución de las TIMPs-2, 3 y -4. El balance entre las metaloproteasas y sus inhibidores es esencial en el mantenimiento de la homeostasis del tendón y un desiquilibrio podría dañar de forma incontrolada al tendón.
Se ha demostrado [35] que los TIMP previenen la activación de la MMP-13 e inhiben la degeneración de la matriz pericelular y la pérdida de las propiedades materiales asociadas a la tensión in vitro. Se ha informado [35] de un incremento en la actividad y expresión de mRNA de las MMPs-1, -9, -11 y -13 en las tendinopatías. La elevación de la MMP-3 está asociada con el remodelamiento y la reparación de tendones normales y lesionados. También se ha encontrado una disminución de la MMP-3 y de la expresión de mRNA en la tendinopatía del tendón de Aquiles y del músculo supraespinoso.
Las ADAMs (A disintegrin and metalloproteinase) son unas proteínas transmembrana que contienen una desintegrina y metaloproteasa y, por tanto, poseen adherencia celular y actividad proteasa [36]. Una nueva familia de proteasas extracelulares, las ADAMTS (A disintegrin-like and metalloprotease with thrombospondin motifs), aparentemente,tienen su función en el recambio de los proteoglicanos del tendón [37]. Se han identificado 19 ADAMTS, pero otras no han sido caracterizadas. La función de las ADAMTS-2, -3 y - 14 está relacionada con el ensamblaje de las fibras de colágeno. Las ADAMTS-1 y -4 son capaces de romper ciertos proteoglicanos de la matriz como el versicano, brevicano y el agrecano. La ADAMTS-4 también rompe componentes no proteoglicanos tales como la fibromodulina y la decorina.
Otro aspecto distinto es el del dolor tendinoso. El tejido tendinoso patológico como fuente de dolor no ha sido bien estudiado. Los mecanismos algógenos son fáciles de explicar cuando existe inflamación, pero la ausencia de ésta en las tendinopatías por sobreuso nos deja sin una explicación para el dolor. Existen muchas teorías sobre la causa del dolor tendinopático, y cada vez son más los datos que apuntan hacia una causa más biomecánica que estructural [38].
Si la desorganización del colágeno fuera el origen del dolor, éste acompañaría a todos los tipos de tendinopatía. Sin embargo, la extirpación de grandes fragmentos de colágeno, por ejemplo al extraer tejido tendinoso para una ligamentoplastia, rara vez provoca dolor en el tendón. Del mismo modo, no hay una correlación entre los cambios observados con las técnicas de imagen después de una cirugía tendinosa y su sintomatología [39]. Ambas observaciones sugieren que el daño del colágeno no es la causa del dolor. Los estudios de imagen han demostrado que no hay una correlación entre la cantidad de colágeno desorganizado y el dolor pues se han detectado lesiones ecográficas amplias que son asintomáticas y tendones normales dolorosos [40]. Es posible que la desorganización del colágeno no sea en sí misma el origen del dolor, pero la respuesta del tendón a la alteración del colágeno puede crear un ambiente biomecánico que estimule a los nociceptores. En teoría, la hipoxia, los residuos celulares y extracelulares, los colágenos menores y los proteoglicanos podrían estar en el origen de la estimulación de los nociceptores. El glutamato [41] y la sustancia P [42], al igual que los receptores para la sustancia P [43], están relacionados con el dolor de origen tendinoso. Otros posibles mecanismos, que hay que seguir investigando, son la irritación de las estructuras circundantes, habitualmente bien inervadas, y un aumento de la presión intratendinosa [44]. El origen del dolor tendinoso es, desde el punto de vista clínico, una faceta esencial de la tendinopatía, ya que el tratamiento de este trastorno está dirigido fundamentalmente a aliviar el dolor.

Etiología

No se conoce pero existen unos factores de riesgo extrínsecos y otros intrínsecos. Los factores de riesgo extrínseco comprenden aquellos relacionados con el equipo utilizado para el desarrollo de la actividad física y el medioambiente. La intensidad, la velocidad, la frecuencia y la duración de la fuerza son factores que afectan a la capacidad del tendón para adaptarse a la tensión. Así pues, una tracción muscular aplicada con excesiva rapidez, de manera repetitiva o en dirección oblicua, o un estiramiento brusco de la unión miotendinosa, pueden causar una sobrecarga del tendón. También son propensos a las lesiones por sobreuso los tendones que sufren presiones anatómicas, como los que se encuentran contiguos a una estructura ósea, y aquellos que cruzan más de una articulación.
Existen diversas teorías sobre la causa de las lesiones tendinosas, entre las cuales se encuentran los factores que influyen en la fuerza soportada por el tendón o en el proceso de reparación del mismo como son la sobrecarga secundaria a fuerzas submáximas repetidas, la sobrecarga que procede de debilidad muscular o que la provoca [13][45] y el deterioro de la amortiguación del impacto [45]. Otro posible mecanismo es la compresión directa que afecta a los tendones rotuliano y supraespinoso, ya que el tendón es vulnerable a las fuerzas de compresión. Los factores que influyen en la reparación del tendón, como un tiempo de recuperación insuficiente y la acumulación de microlesiones [17] también parecen contribuir al mantenimiento del ciclo de la lesión.
En cuanto a los factores de riesgo intrínsecos, las variaciones de la estructura anatómica se han propuesto como posibles factores predisponentes a las lesiones tendinosas por sobreuso [45], si bien hay pocos estudios que relacionen las características anatómicas con las tendinopatías. Todavía menos frecuentes son los estudios que demuestren la existencia de un vínculo causal entre la anatomía y la lesión tendinosa [6].
Los factores ligados a la tendinopatía abarcan la dismetría de las extremidades inferiores, la flexibilidad excesiva o la rigidez, la estructura del pie, las articulaciones en valgo o varo, el ángulo Q, la rotación de la extremidad y la anteversión femoral. Aunque algunos estudios han mencionado la existencia de una relación entre estos factores y la lesión, otros no han observado dicha relación [46]. Es muy probable que la disparidad de los resultados se deba a los métodos utilizados para valorar los factores anatómicos y a la definición de lesión. Otros factores de riesgo intrínsecos de relevancia bibliográfica son la edad, el grupo sanguíneo y el sexo.
El envejecimiento reduce sustancialmente la capacidad del tendón para adaptarse a las exigencias ambientales y hace que esta estructura se vuelva más rígida, más débil y menos tolerante a las fuerzas que se le aplican. En un estudio en el que se examinó a personas con síntomas procedentes del tendón de Aquiles, la intensidad de las alteraciones histopatológicas y la prevalencia de la tendinopatía se asociaban a una edad más avanzada [10]. Otros estudios también han identificado a la edad como factor implicado ya que la incidencia máxima de las lesiones tendinosas crónicas se sitúa entre los 30 y los 50 años de edad [6].
En relación con el grupo sanguíneo, es posible que haya un nexo entre el grupo sanguíneo de la persona y la rotura del tendón. En una serie de 891 roturas tendinosas, las personas que tenían el grupo sanguíneo O estaban excesivamente representadas con respecto a la distribución observada en la población general, mientras que el grupo sanguíneo A, estaba poco representado [47]. Estos autores propusieron la hipótesis de que la N-acetilgalactosamina es un componente necesario del tejido conjuntivo. Esta sustancia aparece en menores cantidades en las personas del grupo O y es más abundante en las del grupo A pero un estudio posterior, también en roturas del tendón de Aquiles, no demostró dicha asociación [48].
En relación con el sexo, se mencionan factores que aumentan la predisposición de las mujeres a sufrir tendinopatías. La mayor incidencia de las lesiones tendinosas y por sobreuso descrita en las mujeres se debe a que su aparato locomotor es más débil, a que tienen una mayor proporción de grasa corporal y a que su masa muscular y su fuerza relativa son menores que las de los varones [45]. Determinados factores anatómicos y biomecánicos específicos del sexo femenino, como la mayor anchura de la pelvis, también parecen contribuir a las tendinopatías. No obstante, también se ha señalado que la frecuencia de las lesiones tendinosas es más baja en las mujeres [49].
La importancia de los estrógenos en otras estructuras constituidas por colágeno es variable. Es de sobra conocido que los estrógenos ejercen un efecto protector sobre el tejido óseo [50]. El efecto sobre el ligamento, un tejido estructuralmente muy parecido al tendón, es menos claro. Se ha demostrado que los valores fisiológicos de estrógenos disminuyen la síntesis de colágeno y la proliferación de los fibroblastos en el ligamento cruzado anterior del conejo [51].

Tratamiento

En la actualidad no existe un único tratamiento eficaz, es más, no existe un tratamiento realmente eficaz. La diversidad de los mismos, indica que existe una gran cantidad de intentos por mejorar una patología que es muy frecuente y que puede provocar una incapacidad funcional importante. Muchas técnicas y tratamientos, inicialmente parecen que son muy eficaces y aparecen artículos que así lo atestiguan, pero con el tiempo, aparecen nuevos artículos que ponen en entredicho los primeros resultados e incluso los contradicen.
Como se ha descrito previamente, el convencimiento de que existía un proceso inflamatorio en la etiopatogenica de estos procesos, ha llevado clásicamente a usar los AINES como terapia de elección en todas sus localizaciones. Recientemente está bastante en entredicho este abordaje terapéutico, convencidos de que estos tratamientos mejoran el dolor a corto plazo [52], podrían inducir al paciente a pensar que ya se ha curado, y por tanto, proseguir con la actividad que lo ha desencadenado aumentando así el daño tisular y la magnitud del problema. Es por ello, que algunos autores desaconsejen formalmente el uso de estos agentes terapéuticos [3].
Así mismo, la infiltración de esteroides vía local también ha sido muy usada [53]. Inicialmente, sin comprender la causa, muchas de estas lesiones pueden mejorar aunque a la larga no exista, según algunos estudios, diferencia con un tratamiento placebo [54].
El uso de nuevas estrategias en el tratamiento de las tendinopatías se debe en gran parte a la insatisfacción que las terapias tradicionales producen, incapaces a menudo, como se ha descrito inicialmente, de resolver de manera satisfactoria y definitiva los problemas tendinosos.
La fisioterapia viene erigiéndose como una de las opciones terapéuticas más efectivas [53][55-57] aunque a expensas de intervenciones demasiado largas en el tiempo, con ejercicios excéntricos.
Esta necesidad de acortar los períodos de recuperación ha propiciado el desarrollo de nuevas vías que, aunque costosas en sus orígenes, han mejorado el tratamiento de las lesiones de partes blandas [58-60]. Ya en la década de los 50 era conocida la existencia de unos factores que estimulaban el crecimiento celular y su incorporación al cartílago [61]. Desde entonces, han sido reconocidos múltiples factores de crecimiento que han sido usados para el tratamiento de diversas patologías [58]. Sin embargo, muy recientes estudios [62] y una revisión sistemática de la literatura [63] ponen en entredicho la utilidad real de estos agentes en el tratamiento de las tendinopatías.
De la observación de que en tendones patológicos, aparecen vasos sanguíneos anómalos [33][64] se ha intentado eliminarlos con agentes esclerosantes, el polidocanol, bajo control guiado por ecografía [33][65][66] con buenos resultados. Otras tentativas ha sido inyectar suero hiperosmolar de dextrosa en la lesión [67] con el fin de provocar un daño tendinoso que provoque una respuesta reparadora del tendón. Este tratamiento, aunque parece que pudiera tener buen resultado precisa de más estudios que confirmen su validez. El mismo principio de irritar el tendón para provocar una respuesta inflamatoria aguda, estaría en la base del tratamiento de la cirugía percutánea [68][69] de las tendinopatías que también se ha propugnado como tratamiento válido para estos procesos.
El tropisetron es un antagonista de los receptores de la 5- hidroxitriptamina [70-72]. Parece que mejorara el dolor en reposo y en movimiento por un mecanismo que podría estar en relación con un bloqueo de los receptores de la 5- HT3 y los nociceptores en conjunción con una liberación inhibida de la sustancia P y de otras neurokinas.
La acupuntura también se ha usado para tratar esta entidad con resultados favorables comparados con un tratamiento placebo[73][74].
El óxido nítrico (ON) es un radical libre generado por una familia de enzimas, la Óxido nítrico sintetasa (ONS)[75]. Después de la lesión de un tendón el ON es inducido por las tres isoformas de la ONS. En modelos animales, cuando la actividad de la ONS es inhibida por inhibición competitiva, la curación del tendón se reduce [76]. Sin embargo, cuando se añade ON, la curación mejora[76]. En un reciente estudio, se añade el ON al paracetamol como vehículo comprobándose que incrementaba el contenido total de colágeno y mejoraba su organización[77]. No obstante, otro estudio no avala estos hallazgos [78].
Otra vía de tratamiento es el de las ondas de choque extracorpóreas (OCEC). Algunos estudios indican que éstas, disminuyen la expresión de algunas MMPs e interleukinas[ 79] que provocarían la lesión del tendón. Este tratamiento, por tanto, mejoraría el proceso contribuyendo a su curación. Sin embargo, otros estudios no encuentran consistencia en la mejoría de dicho proceso [80].
En conclusión, a pesar de los avances técnicos existentes, no se conoce ni la etiopatogenia ni la etiología exacta de las tendinopatías y producto de ello, no existe un tratamiento eficaz en la actualidad de este proceso. El término tendinitis no es adecuado desde el punto de vista etiopatogénico, sin embargo, se ha usado profusamente hasta nuestros días, hasta el punto que no existen en la actualidad, artículos en los que se use el término más correcto de tendinopatía sin que se utilice también el de tendinitis. Ahora bien, en los últimos años, la mayoría de los autores, cuando se refieren a tendinitis o tendinosis lo hacen en términos históricos.
Bibliografia

  1. Magra M, Maffulli N. Genetics: does it play a role in tendinopathy?. Clin J Sport Med 2007; 17:231-3.
  2. Gross MT. Chronic tendonitis: pathomechanics of injury, factors affecting the healing response, and treatment. J Orthop Sports Phys Ther1992;16:248-61.
  3. Magra M, Maffulli N. Nonsteroidal antiinflammatory drugs in tendinopathy: friend or foe. Clin J Sport Med 2006;16:1-3.
  4. Kujala UM, Sarna S, Kaprio J. Cumulative incidence of Achilles tendon rupture and tendinopathy in male former elite athletes. Clin J Sport Med 2005;15:133-5.
  5. Taunton JE, Ryan MB, Clement DB. A retrospective casecontrol analysis of 2002 running injuries. Br J Sport Med 2002; 36:95-101.
  6. Almekinders LC, Temple J. Etiology, diagnosis and treatment of tendonitis: an analysis of literature. Med Sci Sport Exerc 1998; 30:1183-90.
  7. Khan KM, Cook JL, Bonar F, Harcourt P, Aström M. Histopathology of common tendinopathies. Update and implications for clinical management. Sports Med 1999;27:393-408.
  8. Chapman JF. Subacromial bursitis and supraspinatus tendinitis: its Roentgen Treatment. Cal West Med 1942; 56:248-51.
  9. Muller H. Stenosing tenosynovitis (Quervain's disease). Arch Chir Neerl 1950;2:188-200.
  10. Astrom M, Rausing A. Chronic Achilles tendinopathy: a survey of surgical and histopathologic findings. Clin Orthop Rel Res1995; 316:151-64.
  11. Maffulli N, Khan KM, Puddu G. Overuse tendón conditions. Time to change a confusing terminology. Arthroscopy 1998;14:840-3.
  12. Nirschl RP; Pettrone FA. Tennis elbow: The surgical treatment of lateral epicondylitis. J Bone Joint Surg (Am) 1979;61-A:832-9.
  13. El-Hawary R, Stanish WD, Curwin SL. Rehabilitation of tendon injuries in sport. Sports Med 1997; 24:347-58.
  14. Astrom M, Westlin N. Blood flow in chronic Achilles Tendinopathy. Clin Orthop Rel Res 1994; 308:166-72.
  15. Wilson AM, Goodship AE. Hysteresis energy losses in the equine superficial digital flexor tendon during exercise produce a local temperature sufficient to damage fibroblasts in vitro. Trans Orthop Res Soc 1992;17:679.
  16. Wilson AM, Goodship AE. Exercise-induced hyperthermia as a possible mechanism for tendon degeneration. J Biomechanics 1994;27:899-905.
  17. Hart DA, Frank CB, Bray RC. Inflammatory processes in repetitive motion and overuse syndromes: potential role of neurogenic mechanisms in tendons and ligaments. En: Gordon SL, Blair SJ, Fine LJ (eds). Pathophysiology: connective tissue. Park Ridge, IL: AAOS. 1995.
  18. Postlethwaite AE. Failed healing responses in connective tissue and comparison of medical conditions. En: Leadbetter WB, Buckwalter JA, Gordon SL (eds). Sports-induced Inflammation. Park Ridge, IL: AAOS 1989.
  19. Yuan J, Murrell GAC, Trickett A, Wang MX. Apoptosis in rotator cuff tendonopathy. J Orthop Res 2002; 20:1372-9.
  20. Xu HJ, Murrell GAG. The basic science of tendinopathy. Clin Orthop Relat Res 2008; 466:1528-38.
  21. Scott A, Khan KM, Heer J, Cook JL, Lian O, Duronio V. High strain mechanical loading rapidly induces tendon apoptosis: an ex vivo rat tibialis anterior model. Br J Sports Med 2005;39:e25.
  22. Wang F, Murrell GA, Wang MX. Oxidative stress-induced c-Jun N-terminal Kinase (JNK) activation in tendon cells upregulates MMP1 mRNA and protein expression. J Orthop Res 2007; 25:378-89.
  23. Yuan J, Murrell GAC, Trickett A, Wang MX. Involvement of cytochrome c release and caspase-3 activation in the oxidative stress-induced apoptosis in human tendon fibroblasts. Biochem Biophisys Acta 2003;1641:35-41.
  24. Järvinen M, Jozsa L, Kannus P. Histopathological findings in chronic tendon disorders.Scand J Med Sci Sports 1997;7:86-95.
  25. Jones AR, Lauder I, Findlay DB. Chronic Achilles tendinitis: magnetic resonance imaging and histopathological correlation. Sport Exerc Injury 1996; 2:172-5.
  26. Józsa L, Bálint BJ, Réffy A. Fine structural alterations of collagen fibers in degenerative tendinopathy. Arch Orthop Trauma Surg 1984;103:47-51.
  27. Benazzo F, Stennardo G, Valli M. Achilles and patellar tendinopathies in athletes: pathogenesis and surgical treatment. Bull Hospital Joint Disease 1996; 54:236-40.
  28. Lian O, Dahl J, Ackermann PW, Frihagen F, Engebretsen L, Bahr R. Pronociceptive and antinociceptive neuromediators in patellar tendinopathy. Am J Sports Med 2006; 34:1801-8.
  29. Alfredson H, Lorentzon R. Chronic tendon pain: no signs of chemical inflammation but high concentrations of the neurotransmitter glutamate. Implications for treatment? Curr Drug Targets2002;3:43-54.
  30. Schizas N, Lian O, Frihagen F, Engerbretsen L, Bahr R, Ackermann PW. Coexistence of up-regulated NMDA receptor 1 and glutamate on nerves, vessels and transformed tenocytes in tendinopathy. Scand J Med Sci Sports 2010; 20:208-15.
  31. Molloy TJ, Wang Y, Horner A, Skerry TM, Murrell GAC. Microarray analysis of healing rat Achilles tendon: evidence for glutamate signaling mechanisms and embryonic gene expression in healing tendon tissue. J Orthop Res 2006; 24:842-55.
  32. Molloy TJ, Kemp MW, Wang Y, Murrell GAC. Microarray analysis of the tendinopathic rat supraspinatus tendon: glutamate signaling and its potential role in tendon degeneration. J Appl Physiol 2006;101:1702-9.
  33. Alfredson H. Chronic tendonpain-implications for treatment: an update. Curr Drug Targets 2004; 5:407-10.
  34. Magra M, Maffulli N. Matrix metalloproteases: a role in overuse tendinopathies. Br J Sports Med 2005;28:499-505.
  35. Arnoczky SP, Lavagnino M, Egerbacher M. The mechanobiological aetiopathogenesis of tendinopathy: is it the overstimulation or under-stimulation of tendon cells?Int J Exp Pathol 2007; 88:217-26.
  36. Primakoff P, Myles DG. The ADAM gene family: surface proteins with adhesion and protease activity. Trends Genet 2000; 16:83-7.
  37. Jones GC, Riley GP. ADAMTS proteinases: a multi-domain, multi-functional family with roles in extracellular matrix turn-over and arthritis. Arthritis Res Ther 2005; 7:160-9.
  38. Khan K, Cook J, Maffulli N. Where is the pain coming from in tendinopathy? It may be biochemical, not only structural, in origin. Brit J Sports Med2000;34:81-3.
  39. Khan KM, Visentini PJ, Kiss ZS. Correlation of ultrasound and magnetic resonance imaging with clinical outcome after open patellar tenotomy: prospective and retrospective studies. Clin J Sports Med 1999;9:129-37.
  40. Cook J, Khan KM, Harcourt PR. Patellar tendon ultrasonography in asymptomatic active athletes reveals hypoechoic regions: a study of 320 tendons. Clin J Sports Med 1998; 8:73-7.
  41. Alfredson H, Thorsen K, Lorentzon R. In situ microdialysis in tendon tissue: high levels of glutamate, but not prostaglandin E2 in chronic Achilles tendon pain. Knee Surg Sports Traum Arthrosc 1999; 7:378-81.
  42. Gotoh M, Hamada K, Yamakawa H. Increased substance P in subacromial bursa and shoulder pain in rotator cuff disease. J Orthop Res 1998; 16:618-21.
  43. Ljung B, Forsgren s, Fridén J. Substance P and calcitonin gene- related peptide expression at the extensor carpi radialis brevis muscle origin: implications for the etiology of tennis elbow. J Orthop Res 1999;17:554-9.
  44. Johnson DP, Wakeley CJ, Watt I. Magnetic resonance imaging of patellar tendonitis. J Bone Joint Surg (Br) 1996;78-B:452-7.
  45. Kannus P. Etiology and pathophysiology of chronic tendon disorders in sports. Scandinavian J Science Med Sports 1997;7:78-85.
  46. Ferretti A, Puddu G, Mariani P. The natural history of jumper ´s Knee: patellar or quadricecps tendinitis. Int Orthop 1985; 8:239-42.
  47. Józsa L, Bálint J, Kannus P. Distribution of blood groups in patients with tendon injury. J Bone Joint Surg (Br) 1989;71- B:272-4.
  48. Maffulli N, Reaper JA, Waterston SW. ABO blood groups and Achilles tendon rupture in the Grampian region of Scotland. Clin J Sport Med 2000;10:269-71.
  49. Neely F. Biomechanical risk factors for exercise-related lower limb injuries. Sports Med 1998;26:395-413.
  50. Aloia JF. Estrogen and exercise in prevention and treatment of osteoporosis. Geriatrics1982; 37:81-5.
  51. Liu SH, Al-Shaikh RA, Panossian V. Estrogen affects the cellular metabolism of the anterior cruciate ligament. A potential explanation for female athletic injury. Am J Sports Med 1997;25:704-9.
  52. Nynke S, Van der Windt D. Tennis elbow in primary care. Corticosteroid injections provide only short term pain relief. BMJ2006;333:927-8.
  53. Jurado Bueno, A. Tendón. Valoración y tratamiento en fisioterapia. Badalona:Editorial Paidotribo.2008.
  54. Hay EM, Paterson SM, Lewis M, Hosie G, Groft P. Pragmatic randomised controlled trial of local corticosteroid injection and naproxen for treatment of lateral epicondylitis of elbow in primary care. BMJ 1999; 319:964-8.
  55. Maffulli, N, Longo UG. How do eccentric exercises work in tendinopathy? Rheumatology 2008; 47:1444-5.
  56. Kingma JJ, de Knikker R, Wittink HM, Takken T. Eccentric overload training in patients with chronic Achilles tendinopathy: A systematic review. Br J Sports Med 2007; 41.
  57. Ohberg L, Lorentzon R, Alfredson H. Eccentric training in patients with chronic Achilles tendinosis: normalized tendon structure and decreased thickness at follow up. Br J Sports Med 2004;38:8-11.
  58. Mishra A, Woodall J Jr, Vieira A. Treatment of tendon and muscle using platelet-rich plasma. Clin Sports Med 2009;28:113-25.
  59. Sánchez M, Anitua E, Orive G, Mujika I, Andia I. Plateletrich therapies in the treatment of orthopaedic sport injuries. Sports Med 2009;39:345-54.
  60. Filardo G, Kon E, Della Villa S, Vincentelli F, Fornasari PM, Marcacci M. Use of platelet-rich plasma for the treatment of refactory jumper´s knee. Int Orthop 2009. Jul 31.
  61. Salmon WD, Daughaday WH. A hormonally controlled serum factor wich stimulates sulfate incorporation by cartilage in vitro. J Lab Clin Med 1957; 49:825-36.
  62. de Vos RJ, Weir A, van Schie HT, Bierma-Zeinstra SM, Verhaar JA, Weinans H, et al. Platelet-rich plasma injection for chronic Achilles tendinopathy: a randomized controlled trial. JAMA2010; 13; 303:144-9.
  63. de Vos RJ, van Veidhoven PL, Moen MH, Weir A, Tol JL, Maffulli N. Autologous growth factor injections in chronic tendinopathy: a systematic review. Br Med Bull 2010.
  64. Ohberg L, Lorentzon R, Alfredson H. Neovascularisation in Achilles tendons with painfull tendinosis but not in normal tendons: an ultrasonographic investigation. Knee Surg Sports Traumatol Arthrosc 2001; 9:233-8.
  65. Willberg L, Sunding K, Ohberg L Forssblad M, Fahlström M, Alfredson H. Sclerosing injections to treat midportion Achilles: a randomised controlled study evaluating two different concentrations of polidocanol. Knee Surg Sports Traumatol Arthrosc 2008;16:859-64.
  66. Clementson M, Lorén I, Dahlberg L, Aström M. Sclerosing injections in midportion Achilles tendinopathy: a retrospective study of 25 patients. Knee Surg Sports Traumatol Arthrosc 2008; 16:1061-2.
  67. Maxwell NJ, Ryan MB, Taunton JE, Gilles JH, Wong AD. Sonographically guided intratendinous injection of hiperosmolar dextrose to treat chronic tendinosis of the Achilles tendon: a pilot study. Am J Roentgenol 2007;189:215-20.
  68. Lakhey S, Mansfield M, Pradhan RL, Rijal KP, Paney BP, Manandhar RR. Percutaneous extensor tenotomy for chronic tennis elbow using an 18G needle. Kathmandu Univ Med J 2007;5:446-8.
  69. Tufan K, Cagatay O, Aytun T, Onur T. Surgical treatment of tennis elbow: Percutaneous release of the common extensor origin. Acta Orthop. Belg 2004; 70:131-3.
  70. Stratz T, Varga B, MüllerW. Treatment of tendinopathies with tropisetron. Rheumatol Int 2002;22:219-21.
  71. Müller W, Fiebich BL, Stratz T. 5-HT3 receptor antagonist als analgetics in rheumatic diseases. Z Rheumatol 2006; 65:548-52.
  72. Mousavizadeh K, Stratz T, Mueller W, Fiebich BL. 5-HT3 receptor antagonist for the treatment of tendinopathy. Nat Clin Pract Rheumatol 2008; 4.
  73. Lathia AT, Jung SM, Chen LX. Efficacy of acupuncture as a treatment for chronic shoulder pain. J Altern Compl Med 2009; 15:613-8.
  74. Audette JF, Ryan AH. The role of acupuncture in pain management. Phys Med Rehabil Clin N Am 2004; 15:749-72.
  75. Murrell GA. Oxygen free radicals and tendon healing. J Shoulder Elbow Surg. 2007; 16(suppl):S208-14.
  76. Murrell GA. Using nitric oxide to treat tendinopathy. Br J Sports Med 2007; 41:227-31.
  77. Murrel GA, Tang G, Appleyard RC, del Soldato P, Wang MX. Addition of nitric oxide through nitric oxide-paracetamol enhances healing rat Achilles tendon. Clin Orthop Relat Res 2008; 466:1618-24.
  78. Kane TP, Ismall M, Calder JD. Topical glyceryl trinitrate and noninsertional Achilles tendinopathy: a clinical and cellular investigation. Am J Sports Med 2008; 36:1160-3.
  79. Han SH, Lee JW, Guyton GP, Parks BG. Effect of extracorporeal shock wave therapy on cultured tenocytes. Foot Ankle Int 2009; 30:93-8.
  80. Andres BM, Murrell GA. Treatment of tendinopathy: what works, what does not, and what is on the horizon. Clin Orthop Relat Res 2008; 466:1539-54.